ORIGEN DEL SIGNO IGUAL
En los libros impresos anteriores a la introducción del símbolo
= de Recorde, e incluso más de un siglo después, se utilizaban palabras como
“aequales”, “aequantur”, “esgale”, “faciunt”, y otras, para expresar cuando dos
cosas eran iguales, incluso la abreviatura “aeq.”. Es decir, algunos autores,
como el matemático Vieta escribían “a equale b”, o “a aeq. b”. Y no utilizaban
ningún símbolo para la igualdad. Así nos lo encontramos en obras de matemáticos
como Kepler, Galileo, Torricelli, Cavalieri, Pascal, Napier, Briggs, Gregory
St. Vincent, o Fermat.
El signo introducido por Recorde no solo tardaría en ser asumido
por la comunidad científica, en particular la matemática, sino que además se
utilizaría el signo “=” con otros significados. Por ejemplo, Vieta lo
utilizaría para expresar diferencia, resta de cantidades, así escribiría “9 = 6
aequale 3”. Descartes lo utilizó en 1638 para expresar lo que hoy es el signo ±
(es decir, x = ± 1, quiere decir que x es igual a 1 o a -1). E incluso habría
otros signos que intentarían introducirse para designar la igualdad de cosas, y
no sería hasta el siglo XVIII que el signo de Recorde acabaría imponiéndose en
las publicaciones matemáticas, y científicas.
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